Noticias - Más bebés robados en este año


BALZAR, Guayas. Apolonia Morán no puede contener el llanto al ver las mantas que le había comprado a su niña, quien fue robada al nacer, en mayo pasado.

En lo que va del año se han registrado 12 plagios de recién nacidos a nivel nacional, según la Dinapen. Agosto fue el mes en que más casos se dieron (5). Mientras, en el 2007 hubo 9 denuncias.

Los casos de robos de bebés atormentan cada vez a más padres. En lo que va del año suman doce desaparecidos, según estadísticas de la Dinapen (Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes). Una cifra que supera a la de todo el año 2007, cuando se reportaron nueve denuncias. Agosto, con cinco casos, fue el más alto en este tipo de delito.

A pesar del aumento, la Policía aún no determina si se trataría de una banda de plagiadores de menores y, peor aún, el fin por el cual se los llevan. En tanto, los padres que sufrieron el robo de sus hijos viven una pesadilla que al contarla desgarra el alma.

Cinco padres viven el dolor e incertidumbre

Apolonia Morán se despertó asustada la madrugada del pasado martes.
Había soñado que un tábano y “una nube” de mosquitos picaban a la última de sus siete hijos, y la pequeña lloraba y lloraba como lo hizo al nacer, el 25 de mayo de este año.

Cuando Apolonia abrió los ojos se encontró en su casa, en Balzar (Guayas). Ya no vio ningún insecto y tampoco escuchó más llanto. Se dio cuenta de que todo había sido un sueño, que su bebé no estaba ahí, y entonces tuvo ganas de morirse.

Ese deseo de la muerte, dice, la acompaña desde que una joven se llevó a su hija, apenas doce horas después de que naciera en el hospital de ese cantón.

Apolonia indica que la plagiadora se presentó en su habitación a las 12:00 y, por su ingenuidad y necesidad de compañía, le dio su confianza y conversaron juntas hasta las 21:00.

“Pensé que era familiar de algún paciente”, menciona la madre, quien dice que lo último que recuerda es que la desconocida le dio dos pastillas y se quedó dormida. “Desde entonces, no sé nada de mi niña y cada bebé que veo pienso que es ella y busco con desesperación a la mujer que se la llevó”, expresa llorando Apolonia, quien junto a su marido, Ángel Litardo, gastan lo poco que ganan como agricultores para viajar por la provincia en busca de la menor.

No son los únicos que viven ese calvario. Luz Jara va cada semana desde su natal Los Ríos a la Policía Judicial del Guayas (PJ-G), en Guayaquil, con la esperanza de tener alguna noticia de su hijo, César, de 8 meses de nacido. Él le fue arrebatado el 11 de agosto pasado, cuando sujetos, presuntamente, la drogaron mientras esperaba en la Bahía de esta ciudad a que su empleada hiciera unas compras.

Mientras, Rodrigo Meléndez sufre una odisea para poder recuperar a su hija, de 2 meses, quien fue robada el 4 de este mes en Santo Domingo de los Tsáchilas, por una mujer que, supuestamente, asesinó a su madre en esa provincia.

El pasado lunes, la presunta plagiadora se entregó a la Policía tras dejar a la niña en la Casa Hogar de Guayaquil, donde aún permanece bajo las órdenes del Juzgado 7º de la Niñez.

Los casos de robos a bebés, en lo que va del año, suman doce, según estadísticas de la Dinapen (Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes). Una cifra que supera a la del 2007, cuando se reportaron nueve denuncias en los doce meses.

Pese al incremento, la Policía aún no determina si se trataría de una banda de plagiadores de menores y, peor aún, el fin por el cuál se los llevan. “La forma de actuar de los secuestradores es muy distinta en cada caso y estamos esperando el final de las investigaciones”, afirma Joel Loaiza, jefe de la PJ-G.

Pero mientras se esperan esos resultados, la incertidumbre sigue destruyendo la vida de los padres de los pequeños.

La angustia que sufre Nelly Ortega desde el robo de su hija, el 23 de enero anterior –cuando entonces tenía 43 días de nacida–, hizo que hace cuatro meses abortara el nuevo bebé que llevaba en su vientre.

“Yo le digo que tiene que tranquilizarse porque ella sufre del corazón, pero ni yo mismo puedo estar en paz”, asevera Erwin Ortega, esposo de Nelly. Ambos guardan un par de zapatitos color rosa, una gorrita y una foto como únicos recuerdos de su bebé en su casa, en Daule.

La cuna y los juguetes están guardados en la vivienda de la madre de Erwin, “para tratar de evitar el dolor al verlos”; mientras, el resto de la ropa de la menor fue sustraída por los tres sujetos que la secuestraron, en su propio hogar y tras amenazar con armas a Nelly. Ella acusa a Jessenia López Matamoros, ex conviviente de Erwin, de ser la autora intelectual del plagio “para vengarse porque él la dejó”. Por ello, la pareja rechaza que el Juzgado 16º de lo Penal del Guayas haya revocado la prisión preventiva contra ella.

En cambio, Juana Zambrano no recuerda bien el rostro de la mujer que el pasado 8 de agosto le quitó la niña de su vientre tras drogarla en la terminal terrestre de Guayaquil, adonde llegó desde su natal Portoviejo, Manabí, con su hijo, de 3 años.

Juana afirma que en la casa a la que la mujer la llevó la indujeron a dar a luz de forma normal para quitarle a su niña –que debía nacer el 28 de agosto– pese a que sus tres anteriores partos fueron cesáreas. Al siguiente día apareció en un dispensario de Manabí con su hijo.

La operación que le realizaron y por la droga dejaron a la madre postrada por varios días, con fiebre, delirando, creyendo escuchar el llanto de su hija. Su marido, Nixon Mieles, apenas ha podido comprarle algunas de las medicinas con lo que gana vendiendo residuos de carne.

Él cree que la mala suerte se ha ensañado con su familia, pues la diabetes que sufre se ha vuelto crítica, está a punto de perder su casa porque no tiene para pagar el aumento de la renta y no sabe cómo cancelar las deudas acumuladas, incluyendo los $ 30 que le debe al carpintero que le reparó la cuna donde iba a dormir su niña.

La familia de la pareja se ha encargado de la investigación del caso, pues ellos no tienen dinero para viajar cuando la Policía los llama, como el pasado martes, cuando debieron ir a Manta para verificar si es que el cadáver abandonado de una niña era el de su hija. “La bebé que hallaron tenía nueve días de nacida, no era la mía”, afirma desesperada Juana, quien a veces prefiere ya no hablar del plagio. Su silencio no significa que se olvide de su pequeña, al contrario –dice– intenta no desmoronarse para seguirla buscando y poder bautizarla con el nombre de María Cristina, como lo habían planeado con su esposo.

La misma ilusión tiene Apolonia Morán, quien comenta que cuando halle a su niña la llamará Reina Esperanza, porque –dice– es la reinita que le falta a su corazón, y esperanzas es lo que le sobra para encontrarla.

Cifras

819
Menores fueron reportados el año pasado como extraviados (pérdida momentánea), según la Dinapen.

2
Bebés de los cinco extraviados en agosto pasado fueron recuperados. Uno en Guayaquil y otro en Cuenca.

Nelly Ortega
MADRE DE BEBÉ ROBADA EN DAULE
“Todos los días me pregunto si estarán tratando bien a mi hija, si no sufre por hambre, si está enferma o llorando... si sigue viva”.

0 comentarios: